CAMBIO CLIMÁTICO

CAMBIO CLIMÁTICO Y LA FAUNA


sábado, 18 de agosto de 2012

El cambio climatico azota a Venezuela

Nuestra relación con la naturaleza ha llegado a un punto crítico. Las pruebas científicas son concluyentes. El cambio climático es una amenaza real y creciente para toda la humanidad, con consecuencias particularmente severas para los países en la franja ecuatorial del planeta, entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio.



A principios de año 2010 Venezuela se encontraba asediada por una de las sequías mas severas de su historia. Esa situación se encontraba vinculada al fenómeno de El Niño, el cual tiende a acentuarse como consecuencia del calentamiento global. Es de esperar que fenómenos similares sean cada vez mas intensos y frecuentes.



Algo similar ocurre con las inundaciones que azotan buena parte del país en la actualidad. Una de las consecuencias del calentamiento global es precisamente el aumento, tanto en frecuencia como en intensidad, de sequías e inundaciones. Los huracanes también tienden a formarse con mayor frecuencia en el océano Atlántico, aumentando su poder destructivo y acercándose cada vez mas a las costas venezolanas. Es necesario alertar a la población sobre estas nuevas amenazas, y planificar medidas preventivas para minimizar los daños que tienden a generarse.



Debemos igualmente prepararnos ante la proliferación de enfermedades contagiosas, tales como la malaria y el dengue; la afectación del suministro de agua y electricidad, efectos adversos sobre la producción de alimentos, daños a la infraestructura de transporte, aumentos en el nivel del mar y en el número de refugiados ambientales, particularmente entre los sectores mas vulnerables de la población.

Tenemos sólo dos opciones ante la avalancha de latigazos ambientales que se avecinan. O alteramos el curso del cambio climático, o el cambio climático alterará severamente nuestra forma de vida, con castigos cada vez mas severos, mas frecuentes y mas destructivos. 

La sociedad venezolana puede y debe contribuir decididamente con los esfuerzos internacionales para evitar la aceleración suicida del cambio climático. Urge pasar de la retórica a los hechos. Venezuela debe ejercer el liderazgo que le corresponde, tanto por la responsabilidad acumulada en las últimas décadas, como por las oportunidades políticas del momento histórico en que se encuentra. Urge una acción colectiva latinoamericana para concretar un acuerdo mundial que permita revertir las explosivas tendencias climáticas actuales. Para lograrlo cada país debe asumir su cuota de responsabilidad, contribuyendo en proporción a su responsabilidad y en la medida de sus posibilidades.


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